LA GRIPE NO ES UN RESFRÍO FUERTE

La gripe es una enfermedad respiratoria aguda de importancia mundial causada por los tipos A y B del virus de la influenza o gripe. Esta enfermedad se transmite fácilmente a través de las gotas que se expulsan al toser, hablar o estornudar. Los síntomas clásicos de la gripe consisten en fiebre alta, dolores musculares, dolor de cabeza y de garganta, tos seca y decaimiento.

Vacuna antigripal para el 2017
La vacuna antigripal es la principal herramienta para prevenir la gripe. Está compuesta por dos subtipos del virus de influenza tipo A (H1N1 y N3N2) y un tipo de virus B.
El virus muta todos los años de forma tal que los virus que circulan al año siguiente habitualmente presentan diferencias con los que circularon el año anterior. Por este motivo, todos los años la Organización Mundial de la Salud emite recomendaciones acerca de cuáles son los virus que tienen que formar parte de la vacuna.

Si tu hijo recibe la vacuna antigripal por primera vez, debe recibir dos dosis con intervalo de un mes para estar bien protegido.

Mitos y verdades acerca de la gripe y la vacuna antigripal
  • La gripe no es peligrosa, es sólo un resfrío fuerte
Este es un concepto equivocado, si bien en muchos casos la gripe puede cursar sin complicaciones, en algunos puede conducir a complicaciones graves que lleven a la hospitalización y, en ocasiones, al fallecimiento, principalmente en las personas de mayor edad, en niños menores de 2 años y personas de cualquier edad con factores de riesgo (enfermedades o condiciones especiales).
  • La vacuna antigripal puede darme gripe
La vacuna no contiene virus de la gripe “vivo”, por lo que no hay ninguna posibilidad de que la misma transmita la enfermedad.
  • Me vacuno pero me engripo igualmente
La vacuna previene contra la aparición de la enfermedad producida por el virus de la gripe, cuyos síntomas son: fiebre alta, dolores musculares, dolor de cabeza y de garganta, tos seca y decaimiento.
Hay muchos otros virus respiratorios, entre ellos los del resfrío común, que en ocasiones pueden producir síntomas que se confundan con los de la gripe y la vacuna antigripal no protege contra los mismos.
En ocasiones, los virus de la gripe pueden provocar síntomas leves en las personas mayores, quienes probablemente hubieran sido hospitalizadas, o en el peor de los casos, fallecido, al no haberse curado.
  • No me puedo vacunar porque tengo muchas contraindicaciones
Las contraindicaciones de la vacuna antigripal son escasas y comprenden a las personas con alergia grave a las proteínas del huevo (alergia grave significa haber experimentado edema de glotis o reacciones alérgicas mayores), a aquellas con antecedentes de síndrome de Guillain-Barré.
Una contraindicación relativa es la presencia de un cuadro febril, el que debe estar resuelto antes de la vacunación para no enmascarar otras causas. Las personas con cuadros que afecten las vías aéreas superiores pueden recibir la vacuna.
  • La vacuna antigripal no se puede aplicar simultáneamente con otras vacunas
La vacuna antigripal es una vacuna inactivada y se puede administrar simultáneamente con cualquier otra vacuna. Es muy frecuente que las personas que tienen indicación de recibir vacuna antigripal también deban recibir la vacuna antineumocócica, estos particularmente frecuente en adultos y no se debe perder la oportunidad de administrar ambas vacunas si es necesario.
  • No necesito vacunarme todos los años
La vacuna otorga defensas que protegen contra el virus de la gripe que circula ese año, por lo tanto la vacuna debe administrarse anualmente.

Personas que pueden transmitir la gripe a otras de alto riesgo:
  •  Trabajadores de la salud.
  • Convivientes de personas del grupo de alto riesgo.
  • Empleados de instituciones de cuidados prolongados.
  • Otros grupos:
    o   Cualquier persona sana que desee reducir el riesgo de padecer la enfermedad.
    o   Personas que trabajen en servicios públicos esenciales.
    o   Viajeros.


Otros grupos
  • Niños y adolescentes menores de 18 años que reciben aspirina en forma crónica.
  • Personas con retraso madurativo grave en menores de 18 años de edad.
  • Quienes padecen síndromes genéticos, enfermedades neuromusculares con compromiso respiratorio y malformaciones congénitas graves.

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